Continuaremos nuestro blog con una entrada dedicada a una ruta a Nuez en bici. Se trata de una ruta lineal de unos 50 km de distancia, por carretera todo el trayecto. Una ruta que en principio puede parecer no destacable, pero que, como iremos viendo, tiene algo de interesante.
Salimos como de costumbre desde La Torre, sobre las 18:00. Seguimos la carretera hacia San Vitero, y allí cruzamos el pueblo por la rotonda, donde cogimos la carretera que sigue en dirección suroeste. Esta carretera nos lleva a la piscina del pueblo, un buen sitio al que ir si te gusta tomar el sol y darte un buen baño. Además es gratis y tiene un chiringuito donde poder merendar. Sin duda alguna, uno de los mejores rincones de la zona para pasar las tardes de verano.
Nosotros, como es evidente, no hicimos una parada en la piscina durante nuestro viaje. Como de costumbre, el tiempo no iba siendo nuestro mejor aliado, y ya íbamos con prisa para que nos diera tiempo a llegar a Nuez y no se nos hiciera de noche. Además, para cuando hicimos dicha ruta, la piscina estaba cerrada porque sólo abre hasta finales de agosto.
Pues lo dicho, continuamos la carretera, que tiene un tramo de subida hasta unos pinares. Después de alcanzar el alto de la colina vuelve a invertirse la pendiente, y así continuará la ruta todo el camino, entre subidas y bajadas, algo que hace a la ruta tan molesta como gratificante. Después alcanzamos un cruce con la carretera que va entre Tola y Ribas. Este cruce es probablemente la parte más interesante del trayecto, y lo es debido a dos singulares señales que hay en la carretera. Todo se remonta a hace algún tiempo, cuando la carretera y sus señales se encontraban en penosas circunstancias y no se leían los nombres que indicaban. A alguien con mucho sentido del humor se le ocurrió poner en una señal “Mordor, 3 días a pie”, aludiendo a la famosa saga de El Señor de los Anillos; y en la otra “13470 Pekín”. Estas señales ya se han convertido en todo un mito en Aliste.
Continuamos la ruta por la carretera hacia Ribas, sin entrar en el pueblo. Después de algún km, llega una bifurcación hacia el oeste, que, pese a no estar indicado cuando fuimos nosotros, es la que hay que seguir si no quieres llegar a Rábano. Después llegamos a Viñas, aunque la carretera tampoco entra en el pueblo. Al final, a unos 5 km se encuentra Nuez.
Cuando estábamos en Nuez, pensamos que otra vez volveríamos a llegar de noche a La Torre, porque ya eran sobre las 20:00, y nos quedaban más subidas que bajadas, pero al final tardamos menos en volver al pueblo que en ir a Nuez. Esto fue gracias al viento, que fue favorable a nosotros la segunda parte del trayecto.
Mientras volvíamos por la carretera de La Torre, nos topamos con una grata sorpresa. Íbamos bastante rápido, y, cuando de repente miré hacia el Campo de Aliste, divisé a unos 300 metros 3 siluetas iluminadas por el crepúsculo. Paré la bici de golpe, y advertí a mi compañero Miguel de mi hallazgo. Se trataba de 3 ciervos que nos observaban fijamente. Tras varios minutos inmóviles, comenzaron a correr en paralelo a la carretera. Nosotros los seguimos con las bicis, ya que cada vez se acercaban más a la calzada. Al final cruzaron la carretera a unos 10 metros por delante de nosotros, mientras los seguíamos esprintando enérgicamente.
Y es que la ZEPA Campo de Aliste, pese a ser una vasta llanura con escasa vegetación arbórea o de matorral, se caracteriza por la gran diversidad de fauna que acoge, desde ciervos u otros mamíferos a todo tipo de aves como águilas o halcones.