martes, 12 de noviembre de 2013

Tarde de ciervos y zorros

 Hoy comentaremos una ruta en la que el plan era cruzar la sierra de la Culebra por Cabañas y Villardeciervos y darnos un baño en el embalse de Valparaíso, durante la cual nos encontramos con bastantes animales inesperados.

Salimos de La Torre por la gallega, la parte del pueblo más alejada del río, para adentrarnos en la sierra. Teníamos que llegar a la pista forestal que va paralela a la vía del tren, y decidimos ir por el pinar de los Suernos. Al llegar al final del pinar, cogimos un camino a la derecha, hasta llegar a la altura de la vía. La cruzamos y ya llegamos a la pista. A partir de ahí seguimos por la pista, que hace un par de giros bruscos a la izquierda y a la derecha, hasta llegar a una intersección. En este cruce, por la derecha se va  hacia Cabañas, si seguimos recto vamos hacia la sierra de Cabañas, y la pista de la izquierda (hacia atrás) va a parar a Villardeciervos. Este último es el camino por el que fuimos.
Pista San Pedro de las Herrerías - Cabañas

Tomamos pues la pista entre Cabañas y Villardeciervos, que sube la sierra para luego bajarla de nuevo. Esta pista es odiada por mucha gente porque, aunque parece que está en muy buen estado, en realidad es un camino de grava, con pendientes bastante acentuadas en algunos tramos, sobre todo en curvas (donde más grava hay), que te puede hacer  patinar y perder el equilibrio. Por eso se ha convertido en el camino más odiado por Miguel. A mí personalmente no me molesta subir, sino bajar, porque aun llevando  guantes y con la amortiguación, al bajar rápido siempre me acaban doliendo las manos por la vibración que produce la maldita grava. De todas maneras, no hay casi alternativas si quieres cruzar la sierra hasta Villardeciervos por esta zona. La única alternativa es el camino que tomamos de vuelta.

Para cuando llegamos arriba de la sierra hemos subido unos 200 m de desnivel por la pista, y a nuestra derecha se encuentra Peña Fragosa, y la peña del Modorrón, dos de los puntos más altos de la zona. Pasamos el cartel típico de la sierra de la Culebra, y seguimos por la pista ahora bajando, hasta llegar a la carretera entre Villardeciervos y Ferreras de Arriba. Justo en el valle se nos cruzaron dos zorros bastante grandes, lo que dio un punto positivo a la ruta.
Pista Cabañas-Villardeciervos en primavera

Continuamos hasta Villardeciervos, cruzando el pueblo por la carretera autonómica, y seguimos la señalización hacia la playa. La playa se encuentra a unos 2 km del pueblo por un camino asfaltado. Hay que decir que en verano está bastante frecuentada, y cuenta con un chiringuito. Sin embargo, nosotros no teníamos ganas de ir a la playa de siempre, así que nos fuimos a explorar por un camino que sale a la derecha en la primera curva de la carretera. Este camino va más o menos cerca de la orilla del embalse, por zonas llanas y despejadas, y zonas de robles. Continuamos por lo que parecía un coto, y vimos el primer ciervo de la tarde. 

Al llegar a una casa en mitad del campo, seguimos por un sendero  a la izquierda de esta, y continuamos hasta llegar al final del camino. Justo antes de llegar vimos otros 3 ciervos. El camino lleva a una carretera de la presa de Valparaíso.



Parte superior de la presa
 Fuimos a la parte de arriba de la presa, que está vallada, y luego bajamos a la parte de abajo, donde hay un puente que conecta con el otro lado del río Tera. Este puente probablemente sea de importancia capital para alguna próxima ruta, porque nos permitirá cruzar el Tera sin tener que pasar por la carretera nacional, y así llegar a pueblos como Valparaíso, Rionegro o Mombuey.
Salto de Valparaíso

Media vuelta por el mismo lugar por el que vinimos, pero ya era demasiado tarde para bañarnos en el embalse, así que decidimos merendar a la orilla del agua disfrutando el agradable paisaje. 3 ciervos más, y a meter el turbo para llegar a casa antes de que fuera de noche (siempre igual :D). Si cuando estábamos merendando ya se estaba casi poniendo el sol, no sé cómo no nos empezamos a preocupar entonces, y menos mal que no nos dio la ocurrencia de bañarnos, porque todavía nos quedaba un largo camino hasta casa. Es lo que tiene el verano, que no hay preocupaciones ni prisas, y así se hace la tarde más emocionante.
Embalse de Valparaíso desde donde merendamos

Pues despreocupados cruzamos Villardeciervos, repostamos agua en la fuente típica con la cabeza de ciervo al pasar el pueblo, y nos metimos por la pista que va al repetidor, que aunque recortes distancia, yo creo que es contraproducente, porque hay que subir toda la sierra y tardas más. De noche se iba a hacer de todas formas, así que era el dilema de morir atropellados por la carretera o morir despeñados por la sierra, y evidentemente es mucho más divertido el plan de la sierra.


Subimos de un tirón la sierra, nos cruzamos con el guardia vigilante de incendios (qué se pensaría…) y de noche bajando por la otra vertiente, pero como ya casi nos conocemos el camino y cada piedra del mismo, no hubo problema. Además las vistas desde el repetidor por la noche son muy bonitas, y en noches despejadas se ven muy bien las estrellas (para los fanáticos de la astronomía), por lo que mereció la pena.